jueves, 18 de junio de 2009

PONGANSE BIEN ABUSADOS HEE!!!


el compromiso del politico catolico
el compromiso del cristiano en el mundo, en dos mil años de historia, se ha expresado de diferentes modos. Uno de ellos ha sido el de la participación en la acción política.
Con esto vemos que no existe ningún campo restringido para los católicos; esto incluye indiscutiblemente a esta milenaria actividad que parece estar tan lejos de la religión y en ocasiones también de la moral. Es indudable que existe de todo en cada una de las actividades de esta vida, pero la política es una parte importante e integral para la vida de todos los cristianos, porque como fieles laicos de ningún modo podemos abdicar en la participación en la política, si bien con diversidad de formas, niveles tareas y responsabilidades, pero todos tratando de participar dentro del entorno político en el que nos desarrollamos.
El cristiano tiene que participar activa, veraz y firmemente en la construcción y constitución de los Estados Modernos. Sobre todo aquellos hombres públicos encargados de dirigir, el destino ya sea del municipio, del Estado o del país, deben mantenerse firmes en sus principios, sus valores e indudablemente y por sobre todo mantenerse inquebrantables en su compromiso como cristianos, como católicos, como hijos de Dios.
Por todo esto, el político católico no debe y no puede admitir ningún tipo de corrupción y debe escuchar “la justa dignidad de la conciencia” , pues esta le dictará y guiará en el recto camino, manteniendo siempre sus principios éticos y morales por encima, pues ya lo decía muy acertadamente Álvaro Obregón: “Que se mutilen y sucumban los hombre por los principios, pero que no se mutilen ni sucumban los principios por los hombres”, es decir mantenerse firmes en su fe, en su compromiso, en su moral, como aquellos numerosos hombres y mujeres que sirvieron a Dios y llegaron a la santidad a través del generoso compromiso en las actividades políticas y de gobierno, tal como fue el caso de Santo Tomás Moro, proclamado patrón de los gobernantes y políticos, quien afirmo con su vida y muerte que “el hombre no se puede separar de Dios, ni la política de la moral”.
Hoy más que nunca, los políticos católicos deben retomar y entender estas sabias palabras de Santo Tomás Moro, y mantenerse constantes en la lucha contra aquello que atente contra la moral, pues es falso que “la moral es solo cuestión de tiempo”; la moral es y debe ser siempre algo absoluto y nunca algo relativo, aunque ahora este tan en boga la teoría relativista, esta no se debe aplicar de ningún modo a la moral, que se encuentra arraigada en lo más profundo del ser y va más allá del hombre, del bien común y del Estado, como bien nos afirma el Santo Padre Benedicto XVI.
El político católico debe obrar “de acuerdo a su conciencia cristiana” manteniendo integros y absolutos todos aquellos valores y principios que son la base de un buen ciudadano, de un buen cristiano, de un buen católico; aunque esto no quiere decir que seamos intolerantes ante las opiniones de los demás, pero eso sí, siempre obrando bajo estos preceptos, y de la manera que nos parezca más propia y correcta para preservar nuestra integridad y ecuanimidad con nosotros mismos y con Dios.
Así pues el obrar del político católico debe ser el de luchar, evitar y rechazar todas aquellas leyes, acciones y cosas que atenten la naturaleza y el buen obrar moral y cristiano, por esto es que no puede permitir el ensañamiento con los más débiles, como el aborto, la experimentación con embriones y la eutanasia; además de la fecundación artificial, las parejas de hecho, el matrimonio entre homosexuales y la adopción de niños por estas ultimas parejas. E visto tantas propuestas absurdas como la pena de muerte y la legalidad de las drogas, que no han traído ningún beneficio a los países desarrollados que ya tienen varios años de haberlas aprobado, ¿seria tan difícil que nuestros legisladores vieran estas repercusiones que han traído sobretodo en Europa para no proponerlas?.


Sigamos formando criterios de votación que orillen a nuestros candidatos a mirar nuevamente los ideales de moralidad y ley natural que no sucumben ante los intereses personales y egoístas de quienes buscan el bien personal antes que el bien común, que buscan erróneamente llevar a nuestra nación a la falsa “modernidad” que solo nos conduce a errores tales de libertinaje por los que seremos juzgados por las futuras generaciones.
Atentamente: fundador y presidente de San Nicolás de Bari I.A.P. “Christus Dominus Meus Est”

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